Las Termas de Trajano constituyen una prueba de la magnífica arquitectura romana, una ciudad donde se realizaban obras públicas para el disfrute de muchos. El propósito siempre era alcanzar la excelencia, a nivel visual y funcional, y las Termas de Trajano cumplían con ambos objetivos. Tan grande y bien diseñada fue la construcción, que hasta hoy permanece como sitio turístico para visitar en Roma.
Aunque hoy en día los residentes de las grandes ciudades se consideran modernos y alejados de los humanos primitivos de épocas anteriores, la verdad es que seguimos compartiendo gustos y actividades que no cambian con los años. Todos disfrutamos de baños con agua caliente, nos relajan y nos hacen sentir bien, en muchos casos, buscamos lugares lejos de casa para relajarnos, cosa que también hacían los romanos.
Historia de las Termas de Trajano
La historia de estas termas coincide y se entrelaza con un complejo que anteriormente existía en el Monte Oppio. Todo se remonta al año 64 d.C. cuando un incendio destruye la mayor parte de la ciudad. Aprovechando las circunstancias, el emperador Nerón decide construir el Domus Áurea, que se traduce a “Casa Dorada”.
Según se ha podido confirmar, este era un complejo paisajístico de grandes proporciones, contaba con diversos ambientes y una construcción excepcional, la cual tristemente nunca fue terminada. Después de la muerte de Nerón, 4 años después del inicio de la obra, siguió siendo hogar para emperadores, hasta el año 104, cuando el emperador Trajano sepultó el Domus Áurea e inició la edificación de las termas.
La edificación de las Termas de Trajano se encargó a Apollodoro de Damasco y se terminaron brevemente, logrando ser dedicadas en el año 109, 5 años después del inicio de la construcción. Esta impresionante obra arquitectónica serviría como lugar de relajación y recreación por varios siglos, hasta el V para ser precisos. Después fueron abandonadas cuando los Ostrogodos destruyeron los acueductos en el año 537.
Características de las Termas de Trajano de Roma
Esta edificación era un spa en toda regla, pues de hecho esta expresión viene del latín, significa “salus per aquam”, es decir “salud por uso del agua”. Para los romanos de clase alta había toda clase de lujos, además de una piscina tan grande como un mar. El complejo ocupaba un espacio de 4 hectáreas en total y su edificio principal era igual que un centro comercial.
Las Termas de Trajano poseían diferentes salas dispuestas en serie, desde las cuales se llegaba a la enorme piscina, que a sus lados poseía el resto de atracciones. El arte abundaba por doquier, pues existían frescos, estatuas y varias fuentes, incluso poseían bibliotecas y comedores. Los jardines y el mármol en las diferentes zonas aledañas complementaban un ambiente paradisíaco y único.
Las Termas de Trajano en la actualidad

Con el abandono, la falta de mantenimiento y al estar expuestas al aire libre, las Termas de Trajano sufrieron un gran desgaste con cada año, tanto que hoy sólo quedan algunas ruinas. Poco queda de ese paraíso imperial, pero las ruinas siguen siendo interesantes de ver, pues nos invitan a imaginar cómo eran de majestuosas las termas.
Actualmente solo quedan las conocidas 7 salas, unas cisternas de proporciones gigantescas que podían contener 8 millones de litros de agua para el uso de los romanos. Así también permanece una exedra, en la cual se cree que existió una biblioteca.
Precio y horarios
Debido a que las ruinas se encuentran en un parque público, no es necesario realizar ningún pago para disfrutar el antiguo esplendor de las Termas de Trajano. Así que si te interesa la historia del lugar y su arquitectura, puedes ir cuando gustes, en un horario de 6:30 de la mañana a 9:00 de la noche. Aunque queda poco de estas magníficas termas, la visita a este parque romano se disfruta mucho.
Cómo llegar
Para hacer una visita por este impresionante lugar, basta con salir desde la estación Termini en autobús, para esto puedes usar los de la línea 714, los cuales salen desde allí y llegan a las paradas Merulana o Brancaccio. Puedes bajar en cualquiera de las dos paradas y caminar hasta el Parque de la Colina de Oppio, es un recorrido muy corto de unos 10 minutos.
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