Un paseo en Italia no está completo si no visitas la Isla Tiberina en Roma. Se trata de uno de los espacios llenos de historia y leyendas sorprendentes, ideal para disfrutar cuando hace buen tiempo.
Es considerada una de las islas más pequeñas del mundo y forma parte del río Tíber, uno de los más largos de Italia. A continuación, conoce este espacio turístico y lo que puedes hacer al visitarlo.
Índice
¿Cómo visitar la isla Tiberina?
La isla de Tiberio es gratis y fácil de visitar. Se accede a ella por dos puentes: ponte Fabricio y ponte Cestio, que la conectan respectivamente con el centro de la ciudad de Roma y con Trastevere, la orilla derecha del Tíber.

Visitar la isla solo lleva unos minutos. Sin embargo, las visitas guiadas pueden valer la pena si quieres aprender un poco más sobre esta joya escondida de Roma.
Historia
Se trata de un islote de unos 270 metros de largo, ubicado en medio del río Tíber, por lo que muchos se recuestan en la orilla o pasan la tarde en sus terrazas. Una de sus leyendas más conocidas es que la isla se originó a causa de la muerte de Tarquinio el Soberbio, el último rey de Roma. Su cuerpo fue arrojado al río y debido a la acumulación de arena surgió la isla, pero al ser de mal augurio, solo los criminales pasaban allí el final de sus días.
Parte de la historia, narra que en 293 a.C una peste azotó a Roma cobrándose la vida de millones de personas. Debido a ello, se decide enviar una delegación a Grecia al Santuario de Epidauro, consagrado al dios de la medicina Esculapio. Los representantes vieron como una serpiente subió al barco y se fue cuando regresaron a la isla. De esta manera entendieron que debían construir un templo y al finalizarlo, la peste dejó de atacar a Roma.
Luego, se le dio forma de barco usando técnicas antiguas de construcción, alzando muros y construyendo una especie de proa y popa. En la edad media, el templo fue usado como fortaleza y palacio, luego como convento y hospital. Actualmente, se ubica el hospital de San Juan de Dios, uno de los mejores de la ciudad.
Historia y leyendas
Una de las leyendas más conocidas sobre la formación de la Isla Tiberina relata que, tras la caída del rey Tarquinio el Soberbio en el 509 a.C., los romanos arrojaron su cuerpo al Tíber. Con el tiempo, sedimentos se acumularon alrededor, dando origen a la isla.
En el 293 a.C., durante una epidemia en Roma, se construyó un templo dedicado a Esculapio, el dios griego de la medicina, en la isla. Según la leyenda, una serpiente, símbolo del dios, desembarcó en la isla desde un barco romano, indicando el lugar adecuado para el templo.
Arquitectura y monumentos
La isla fue transformada para parecerse a un barco, con muros de travertino que imitaban la proa y la popa. En el centro se erigió un obelisco que representaba el mástil.
Sobre las ruinas del templo de Esculapio, el emperador Otón III construyó en el año 998 la Basílica de San Bartolomé, que aún se mantiene en pie.
Relevancia médica
La tradición médica de la isla continúa con el Hospital Fatebenefratelli, fundado en el siglo XVI. Durante la Segunda Guerra Mundial, el hospital protegió a judíos de la persecución nazi al simular una enfermedad contagiosa llamada «Morbo di K».
Eventos culturales
En verano, la isla alberga el festival «L’Isola del Cinema», que ofrece proyecciones de películas al aire libre y eventos culturales
Qué ver y hacer en la Isla Tiberina en Roma
Las visitas a la isla son ideales en el verano y la primavera, que es cuando se puede disfrutar de buen tiempo. Es indispensable tomar el tiempo necesario para disfrutar del paisaje, tomar fotografías y recorrer cada rincón. Algunas actividades realizadas por los turistas son:
- Comprar en los mercados que se colocan al aire libre, donde puedes encontrar todo tipo de recuerdos y alimentos. Además, las calles se vuelven una sala de cine al aire libre y hay exposiciones de arte, ideal para relajarse en pareja o con amigos.
- Si lo visitas durante la fiesta dei Noantri que da honor a la virgen del Carmen, puedes disfrutar de música en las calles y actividades culturales. Esto ocurre durante el mes de julio y personas de todas las edades festejan hasta altas horas de la madrugada.
- Puedes comer en los restaurantes de la zona, los cuales destacan por la tradición y un ejemplo de ello es el restaurante Sora Lella, que ofrece comida romana.
Puedes visitar la Isla Tiberina en cualquier momento del día, pero en las noches con baja iluminación se convierte en un espacio espectacular. Es posible disfrutar de su gente, los paisajes y sentir la historia de Roma en la piel.
Cómo llegar
Existen varias formas de llegar a la Isla Tiberina en Roma. Si sales de la Estación de Termini, puedes llegar hasta la parada llamada Circo Massimo y tomar la Via del Circo Massimo hasta llegar al río Tiber. En pocos minutos de caminata, puedes llegar a la isla.
Si vas de noche, se recomienda bajar en la parada del Coliseo y tomar la Vía del Teatro Macello, que también lleva al Tíber, pero permite disfrutar de los museos e impresionantes monumentos.
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